Esta suele ser la situación habitual, personas que han hecho muchos intentos en su pérdida de peso. En la mayoría de las ocasiones esas dietas no cumplían los requisitos adecuados en cuanto a balance de nutrientes, lo cual se traduce en que pueden lograr pérdida de peso pero no a expensas de pérdida de grasa, sino de agua y de masa muscular. Lo primero implica una deshidratación y lo segundo un daño al tejido muscular. En el primer caso el agua se recuperará con lo cual aumentará el peso y en el segundo caso, la pérdida de masa muscular se seguirá de caída del gasto metabólico, esto supone una dificultad de primer orden para lograr reducir el peso.
Por tanto, es esencial la prescripción de dietas que respeten la masa muscular y que busquen pérdida de grasa. Además las últimas investigaciones apuntan a que una vez que se produce el incremento de peso hay un desequilibrio metabólico y hormonal que debemos restaurar si queremos que nuestro cuerpo funcione de forma adecuada.
Así que no sirve cualquier dieta para lograr este objetivo de pérdida de grasa, aunque muchas pueden lograr pérdida de peso.