Levantarnos por la mañana con dolor en las encías, en los dientes o en la mandíbula se ha convertido en un síntoma habitual de los que padecemos de bruxismo. Pero… ¿Qué significa esta palabra? El bruxismo es un trastorno que se caracteriza por apretar o rechinar los dientes y por la contracción de grupos musculares que se utilizan en la masticación y que sobrecargan este sistema provocando daño en los dientes, en las articulaciones temporomandibulares y en los músculos relacionados si no es tratado a tiempo. De hecho, el bruxismo se considera como el factor de riesgo más significativo en la inestabilidad de la articulación temporomandibular.
¿Cómo sé si padezco de bruxismo?
Como consecuencia de las alteraciones mencionadas es habitual sentir dolor agudo cuando masticamos que puede transformase en crónico si no consultamos con un profesional a tiempo. Los dientes presentan rugosidades en sus bordes por la fricción y el desgaste del esmalte dental, es el resultado de rechinar los dientes, habitualmente es nuestra pareja la que nos dice que hacemos ruidos con los dientes mientras dormimos. Los tratamientos odontológicos como los implantes de dientes o coronas dentales suelen fracasar. El dolor de cabeza (cefalea) también está presente en muchas ocasiones y no sabemos a qué atribuirlo. Percibimos cambios estéticos en nuestro contorno facial que, en ocasiones, suele ser el motivo fundamental de consulta porque nos vemos la mandíbula más cuadrada.
¿Cuáles son las causas del bruxismo?
Los factores psicológicos, como el estrés y las características de la personalidad, también se han relacionado con el bruxismo. Algunas investigaciones muestran que la forma más peligrosa de esta patología es el bruxismo nocturno, normalmente asociado con problemas de oclusión y trastorno psicoemocional. El estrés, la depresión y la ansiedad son problemas importantes en una sociedad altamente desarrollada. Además de ser una causa desencadenante de alteración de la articulación temporomandibular, el bruxismo condiciona la aparición de dolores de cabeza y cervicales, llegando a producir trastornos de audición en casos muy avanzados.
¿Tiene tratamiento el bruxismo?
Muchos son los tratamientos propuestos para el bruxismo, desde la oclusión irreversible, el empleo de férulas de descarga, las terapias farmacológicas o los enfoques cognitivo-conductuales. El propósito de todos ellos es limitar los efectos destructivos de este trastorno sobre las estructuras biológicas involucradas. Sin embargo, y teniendo en cuenta que el uso de férulas dentales muestra diferentes grados de eficacia, debe considerarse más un tratamiento del síntoma que del origen, especialmente destinado a prevenir el desgaste dental y la sobrecarga de la articulación temporomandibular. Por otro lado, se ha demostrado que las terapias cognitivo-conductuales tienen efectos poco significativos a corto plazo en el tratamiento del bruxismo.
Actualmente en nuestra clínica, empleamos un neuromodulador que inyectado en los músculos hipertrofiados o con contracción potentes induce la relajación muscular, en el caso de los músculos maseteros disminuye la contracción muscular excesiva, tanto en reposo como durante los movimientos de masticación. El tratamiento comienza por realizar al paciente una ecografía facial para medir y registrar la fuerza de los músculos maseteros en relajación y en contracción máxima, a continuación, se inyecta en estos músculos las unidades del neuromodulador necesarias para inducir dicha relajación. Nuestro paciente vuelve a los quince días para el control del tratamiento. Repetimos la ecografía facial para medir de nuevo la funcionalidad de los músculos maseteros en relajación y en contracción máxima.
Los resultados que obtenemos son muy satisfactorios, no sólo porque los valores de las nuevas mediciones ecográficas han descendido varios milímetros con respecto a la ecografía inicial confirmando la eficacia del neuromodulador, sino por los comentarios subjetivos que refieren los propios pacientes. El más frecuente y que nos encanta escuchar es: “doctor me despierto sin dolor en la mandíbula y he descansado mejor”.
Para los más curiosos os dejo el enlace al estudio clínico sobre Bruxismo realizado por que el Dr. Justo Alcolea y la Dra. Mkhitaryan publicado en la prestigiosa revista de Cirugía Plástica Ibero-Latinoamericana y por el que han ganado varios premios en diversos congresos médicos.
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